El juego modela el crecimiento y la interacción de las antiguas civilizaciones. Cada jugador maneja los aspectos militares, políticos y económicos de su estado, compitiendo para crear el mayor imperio del mundo. Desastres como la rebelión, la invasión o la guerra civil pueden ocurrir en cualquier momento - los jugadores deben buscar un equilibrio óptimo entre el crecimiento y la estabilidad para tener éxito. Aunque los asuntos militares juegan un papel importante en los Antiguos Imperios, el juego está diseñado para que este aspecto no domine el juego. El movimiento y el combate se abstraen a un nivel estratégico, y los jugadores encontrarán que el tiempo es tan importante como la fuerza bruta para evitar una guerra contraproducente. Los jugadores deben prestar la misma atención al comercio, la diplomacia y los asuntos internos para mantenerse lo suficientemente fuertes como para desalentar la agresión. Los Puntos de Victoria se otorgan por el tamaño de un imperio, y el nivel de desarrollo que alcanza en relación con sus pares. Los jugadores destruidos conservan sus Puntos de Victoria y pueden volver a entrar en el juego para crear un nuevo imperio.