En Columba, construirás palomares, criarás palomas, ampliarás tu territorio y, sobre todo, evitarás los halcones de tus oponentes. Los jugadores comienzan con 2-4 palomares, dependiendo del número de jugadores, y los utilizan durante la partida para reclamar bandadas como propias. (El palomar más grande duplica la puntuación de la bandada reclamada.)

Al principio de la partida, los jugadores tienen que atrapar una paloma de cada una de las cuatro razas, tras lo cual ese objetivo será sustituido por uno nuevo. El jugador inicial revela la primera ficha, la coloca en la mesa, luego saca otra ficha e intenta capturar palomas para cumplir su objetivo. Para capturar una paloma, debe colocar una ficha de forma que cubra la casilla o casillas con la paloma o palomas que necesita. Puedes capturar palomas sólo si las necesitas; no puedes capturar palomas que pertenezcan a una bandada ya reclamada por un oponente, pero puedes (re)capturar palomas de tu bandada o la de tu equipo. Recibes una ficha por cada paloma capturada y colocas esas fichas en tu tarjeta de meta.

Cuando llenas una ficha de gol, colocas las fichas en tu tapete, opcionalmente coges una nueva carta de gol, juegas la carta de gol ahora liberada y luego colocas las fichas en tu tapete donde quieras para hacer más grande una de tus bandadas (o las de tu compañero), siempre que alguno de los dos haya construido ya un palomar para reclamar una bandada concreta como propia.

También puedes usar las fichas para criar halcones. Tienes que descartar dos de ellas para conseguir una cría de halcón y otras dos en un turno posterior para que crezca y se convierta en un halcón adulto que podrás enviar a depredar la bandada de tus oponentes y hacerla más pequeña.

El juego termina cuando no se pueden robar más cartas de objetivo; cualquier jugador con una carta de objetivo sin cumplir pierde cuatro puntos. Cada jugador cuenta las fichas o casillas que forman las bandadas reclamadas por sus palomares, y el jugador o equipo con la mayor puntuación gana.