Los jugadores son hermanos cuyos padres les han acusado de extravagantes fechorías. Para apaciguarlos, los jugadores deben crear historias a base de mentiras y adornos, haciéndolas cada vez más locas al colocar mentiras cada vez más valoradas unas sobre otras, hasta que haya suficientes mentiras en la historia para considerarla completa, momento en el que sale del juego y se puntúa al final de la partida. Algunas mentiras permiten a los jugadores robar o colocar más cartas, lo que permite realizar poderosas cadenas de acciones. Los jugadores sólo pueden tener siete cartas en la mano al final de su turno. Otros jugadores tienen alguna habilidad para dañar las historias de los oponentes, impidiendo que se completen las más escandalosas.

En cuanto un jugador haya completado suficientes historias, o se agote el mazo, la partida termina. Las mejores mentiras de las historias completadas se puntúan por su valor de mentira, y las mentiras y adornos restantes suman o restan puntos a la puntuación de cada jugador, ganando la puntuación más alta.