En el juego de cartas Sándwich, quieres preparar los mejores sándwiches posibles – bueno, los menos asquerosos de todos modos – con los ingredientes que recoges.

Al comienzo del juego, a cada jugador se le reparten nueve cartas de ingredientes boca abajo; los ingredientes van desde los tradicionales (tomate, queso) hasta los más inusuales (mejillones, melón). Cada jugador apila estas nueve cartas boca abajo. Al mismo tiempo, cada uno toma la carta superior de su pila y las revela en el centro de la mesa. Cada jugador entonces toma una carta que desea, posiblemente la suya propia. Este proceso se repite nueve veces, dándole a cada jugador nueve ingredientes que "eligió". Cada jugador crea tres sándwiches, cada uno con tres de sus nueve ingredientes. Los jugadores dan un sándwich a tres vecinos de la izquierda (dividiéndolos de forma diferente en una partida de tres jugadores), de modo que cada uno tiene tres sándwiches delante de ellos creados por otros jugadores. Luego los jugadores se turnan para "probar" los sándwiches en su plato, leyendo los ingredientes en voz alta, y luego declarando cuál suena mejor (vale 3 puntos para su creador), cuál es el segundo mejor (2 puntos) y cuál quedaría en el plato (0 puntos).

Después de tres rondas completas – nueve sándwiches en total – gana el jugador con más puntos.