Una vez más, el conflicto hace estragos en el mundo de Aerim. Eres uno de los Eternos, un grupo de inmortales que siempre libra una guerra desde las sombras. Llama a tus campeones para que luchen contra los de tus enemigos eternos. Aprovecha el legado de las hazañas de cada campeón para que resuenen en el tiempo y den poder al siguiente. Para los campeones de Aerim, este ciclo continúa, como siempre lo ha hecho y siempre lo hará. Para los Eternos, sólo hay... lucha.

La lucha, un juego de cartas de estrategia para dos jugadores que se juega en aproximadamente una hora, es un juego en el que siempre conoces las opciones de tu oponente. Aparte de dominar el juego único de creación de combos de tus campeones, averiguar cómo superar a tu oponente es donde reside el verdadero desafío.

Cada jugador tiene la misma mano de diez campeones y los jugará simultáneamente mientras luchan por lugares clave en todo Aerim que valen puntos de victoria variables. Cada campeón tiene una habilidad de batalla que se desencadena durante las batallas y una habilidad de legado que solo puede usarse mientras esté en la parte superior de la pila de legados. Esto crea un intrincado entramado de estrategia para los jugadores, ya que hay que tener en cuenta a cada campeón no solo por lo que puede hacer en la batalla actual, sino por la habilidad que añadirá a la siguiente.

Por otra parte, el sistema de desempate de la piedra gorda influye en las decisiones críticas del juego. La piedra gorda comienza con un valor de uno, y quien tenga el dado de la piedra gorda pierde todos los empates; ese jugador puede, en cambio, pasar la piedra a su oponente para reclamar una victoria en ese empate, pero al hacerlo aumenta el valor de la piedra gorda en uno cada vez que se la pasa. Al final de la partida, el jugador que tiene la piedra gorda añade su valor final a su cuenta de puntos de victoria. El jugador que tenga más puntos de victoria al final de la partida gana.