El jugador que primero acumule 100 puntos gana la partida.

Cada jugador tiene dos relojes de arena de treinta segundos.
Las cartas muestran un valor de 10 a 50 o un poder especial.
Las cartas se barajan y se colocan en el centro de la mesa en varios montones de cartas, boca arriba.

Los relojes de arena se utilizan para ganar cartas. Cuando un jugador coloca un reloj de arena en una carta, lo devuelve para que fluya.
Los relojes de arena sólo se pueden mover cuando se vacían.
Cuando un jugador mueve su reloj de arena (a otra carta), gana la carta en la que estaba, siempre que no hubiera otros relojes de arena en ella.

Los jugadores no tienen que mover sus relojes de arena vacíos, por lo que pueden bloquear a los rivales.

Algunas cartas tienen poderes especiales como "la partida termina ahora", "intercambio de cartas" o "eliminar un reloj de arena" que pueden cambiar la partida.